miércoles, 4 de marzo de 2015

Fatman y el virus informático


"Una vez más se cumple una de las máximas más sabias que he escuchado: el hombre es un animal de costumbres. Luego de un intento frustrado por eliminarlo, he aprendido a convivir con el travieso virus que decidió recalar un día en el sistema operativo de mi PC. Ya casi espero su saludo matinal en forma de innumerables pop ups apenas prendo la computadora y extraño cuando, al apagarla agotado en el silencio de la fría madrugada, no aparece la pantallita con el link de algún aviso publicitario a modo de despedida.
Frente a la perfecta rigidez de los poderosos antivirus y los ejércitos de aburridos limpiadores de malwares, este imbatible virus que intenté desvanecer, genera un divertido caos en mi predecible y monolítica rutina diaria. Traba las páginas, abre programas, me regala un recuerdo olvidado al activar un antiguo archivo de video y, pícaro como él solo, me recuerda la dirección de alguna página licenciosa que alguna vez visité.
Así se pasan las horas y de a poquitos los días. En medio de un desenfreno contenido en miles de píxeles multicolores, cual psicodelia y pop art setentero. Casi intuyo sus apariciones en el preciso momento en que finalizo un complejo documento y me parece descubrir su perfil afilado de ceros y unos en algún parpadeo de la pantalla, cual maliciosa amenaza. Pero luego del susto inicial por sus pillerías, le respondo jugando con el cursor sobre el ícono del antivirus, mientras río en la soledad de mi cuarto y él, en respuesta, derriba caracteres en falsa y divertida fuga.
Hay una perversa y grata sensación cuando ahora prendo la PC y me pregunto ¿qué destrozo habrá cometido esta vez mi pequeño amigo? Y así, desaparecen archivos, se borran historiales, pero luego vuelven a surgir, como en un cómplice acuerdo entre ambos. 'Tú no me borras y yo le doy emoción a tu vida sin peligro ni riesgo alguno'. Como en la complaciente visión de lo inesperado y la arbitrariedad del azar. Así me acompaña este rebelde amigo en mi lenta y parsimoniosa existencia".